¿Cuenta con proveedores confiables? Estas son las claves para comprar con seguridad y mitigar los riesgos en la cadena de suministro.
La interacción comercial de las compañías y el cómo realizan estudios de mercado, pruebas o buscan proveedores, es tal vez en la actualidad, una de las mayores preocupaciones para las áreas de compras y abastecimiento a nivel mundial. Ya que se ven enfrentadas a asumir riesgos que, pueden perjudicar directamente los productos y/o servicios finales, además de impactar en las organizaciones afectando la reputación, las finanzas o peor aún en aspectos legales; lo que finalmente repercute en la continuidad de negocio. Desde otra perspectiva, para las compañías, la necesidad de contar con proveedores confiables también es una oportunidad de mejora, ya que incentiva la competitividad y el crecimiento de las empresas pequeñas y medianas, lo que genera en el largo plazo una brecha en las conexiones comerciales en la relación cliente – proveedor lo cual minimiza el riesgo para las contrapartes. Este artículo pretende mostrar los riesgos a los que son expuestos las compañías al contratar con proveedores no adecuados y qué medidas deben tomarse para mitigar los riesgos en la cadena de suministro.
Los riesgos que se generan en el momento de realizar una relación comercial con alguna contraparte permanecen estáticos hasta el momento en el que se materializan, el poder identificar estos riesgos y mitigar su impacto depende de la gestión y monitoreo que se le aplique; que para el caso de los proveedores o cadena de suministro inicia en el momento que nace la necesidad de algún insumo o servicio dentro de la compañía hasta en el momento que se realiza el pago de la prestación de los servicios o venta de productos, allí debe ser consiente y responsable el equipo de compras al seleccionar a un proveedor, no sólo por la evaluación de los precios sino por la evaluación integral del proveedor.
Las amenazas o vulnerabilidades a continuación son las que generan afectaciones económicas a las compañías, el no gestionarlos los expone a sus impactos. Tal vez, el riesgo con mayor dificultad de medir y de gestionar es el riesgo reputacional, ya que el tener relaciones comerciales con un proveedor que cuente con noticias con enfoque negativo en aspectos éticos o de corrupción puede cerrar puertas comerciales con clientes de manera inmediata, al derivar en un riesgo de contagio por productos y/o servicios financiados por dineros ilícitos lo que al final hace que la compañía esté siendo contagiada en la producción o venta de sus productos finales.
Por otro lado, el riesgo legal a su vez puede generar implicaciones similares que el riesgo reputacional; sin embargo, este puede afectar penalmente a la compañía y a sus socios, debido a tener relaciones comerciales con proveedores que, puedan ser financiados con dinero producto de lavado de activos o que, por otro lado, el proveedor financie grupos al margen de la ley.
Adicionalmente, existe el riesgo operativo que proviene de la dependencia de los proveedores, debido a que está ligado directamente en las operaciones de las compañías; el no tener insumos cuando se requiera, el tener un número limitado de proveedores que presten un mismo servicio, inversiones en proveedores de baja calidad, tiempos de respuesta elevados y mal servicio al cliente, se traslada finalmente a la compañía la cual generaría los mismos malestares en sus clientes.
Por último y no menos importante, es el riesgo financiero, ya que a través de este se identifican cambios en sus ingresos y patrimonio que permiten identificar alertas con dos perspectivas, la primera, determinar las razones por las cuales los ingresos pueden tener variaciones fuertes aludiendo a financiación externa de origen sin determinar; la segunda, verificar que el proveedor cuenta con una estabilidad financiera por lo menos para ofertar el producto o servicio que se está demandando.
De acuerdo a lo anterior las claves para mitigar los riesgos mencionados y sus impactos, son:
- Identificar los proveedores y los riesgos asociados dependiendo la relación directa con la compañía.
- Evaluarlos periódicamente y generalmente por un ente externo con el fin de evitar los sesgos y obtener resultados imparciales y objetivos.
- Calificar de manera integral al proveedor, observando y evaluando aspectos como:
- La estructura administrativa de la empresa.
- la organización.
- Sistemas integrados de gestión (ambiente, calidad, seguridad y salud en el trabajo)
- Estados financieros y calificaciones crediticias.
- Debida diligencia en tres niveles: el proveedor; socios, representantes legales, revisores fiscales; empresas terceras vinculados con el proveedor.
- Referencias de otros clientes y proveedores.
- Estableciendo una base amplia de proveedores, con el fin de diversificar el riesgo comprando a diferentes proveedores un mismo producto.
Lea También: (Esquema de Prevención de riesgos LAFT)
La cultura de legalidad y ética empresarial está teniendo una gran importancia, gracias a los beneficios que genera la implementación de los procesos que permiten mitigar los riesgos; esto aplicado a diferentes empresas grandes y multinacionales, ya que su ejecución deriva de manera escalada en los proveedores mejorando los ingresos y generando crecimiento económico; ya que al evaluar a los proveedores, estos cuentan con la posibilidad de identificar oportunidades de mejora lo cual mejora los productos y servicios que ofrece generando una relación cliente – proveedor gana gana entre las partes.
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- Confiabilidad.
- Su posición en el mercado frente a la competencia.
- Cumplimiento normativo en la prestación de servicios y producto.
- Información exacta presentada.
- Aspectos Operativos.
- Reputación de socios, Accionistas, Representantes y Junta Directiva
- Estructura administrativa.
- Información organizacional.
- Gestión de calidad y seguridad.
- Experiencia contractual.
- Análisis de riesgo financiero.
- Validación LAFT de la razón social, personas de contacto, socios y/o accionistas y representante legal (Homologación de primer y segundo nivel).
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