Lavado de activos basado en el comercio
27/07/2020
Mientras preparábamos el material que llevaremos a los asistentes en nuestra jornada de fortalecimiento de competencias: Género & Corrupción, Tipología del Blanqueo de Capitales y Financiamiento del Terrorismo en tiempos de COVID-19, que se realizará el viernes 31 de julio 2020 con la Asociación de Oficiales de Cumplimiento de Panamá, recordábamos los nexos entre el Lavado de Activos y el comercio ilícito, particularmente el lavado de activos a través del comercio. De acuerdo con el Grupo de Acción Financiera (GAFI), existen diversas modalidades para lavar activos, entre las que se encuentran el uso de instituciones financieras, el movimiento físico del dinero de un Estado a otro o de una jurisdicción a otra y la transferencia de valor a través del comercio. En este último, el TBML es entendido como el abuso del sistema internacional de comercio, con el propósito de transferir valor y esconder el origen ilícito del dinero.
¿Pero qué es el TBLM?, son las siglas que en inglés traducen “Trade Based Money Laundering”, que viene siendo el proceso de ocultar las utilidades criminales a través del uso de transacciones de comercio en un esfuerzo de legitimizar su origen ilícito que también presentan sus etapas para materializar el delito, la primera es la Colocación, que viene siendo la Introducción del dinero producto de actividades ilegales en una empresa legítima, para luego transformar el dinero ilícito en activos transferibles y la segunda etapa es la Estratificación, que mediante la generación de transacciones con el fin de distanciarlo de su origen busca comercializar los bienes a través de múltiples jurisdicciones y la tercera etapa es la de Integración que busca mediante la reintroducción a la economía para que parezca legítimo la venta de productos en la economía legal. Entre los principales métodos de TBML como son la sobre y sub-facturación, el sobre y sub-envío, el registro falso de bienes y servicios, y la múltiple facturación, otros riesgos asociados como son corrupción violación de sanciones, prácticas comerciales abusivas, defraudación fiscal, falsas importaciones, transporte transfronterizo de dinero justificado en transacciones comerciales, esquemas con empresas fachadas, esquemas que involucran zona libre, contrabando de productos y triangulación de productos, entre otras.
Entre las señales de alerta podemos encontrar las discrepancias entre el BL, factura y/o los bienes remitidos, las discrepancias entre el precio de mercado y la factura, las inconsistencias de la documentación de las declaraciones de aduana, el cliente que se desvía de su actividad rutinaria de negocios para realizar el proceso de comercio exterior, el uso de jurisdicciones de alto riesgo o artículos de alto riesgo, el uso de múltiples jurisdicciones para trasbordo de carga sin lógica económica aparente, los Commodities con altos márgenes de ganancia, el tamaño y volumen de la carga inconsistente con las actividades de negocio regulares del cliente, actividades corporativos excesivamente complejos para la operación, las contrapartes con vínculos directos y clientes sin capacidad productiva/económica/logística para el volumen de operaciones reportadas
Analizando el informe de resultados taller regional lavado de activos basado en el comercio (TBML) que se realizó en ciudad de panamá, Panamá en el 2019 por parte de GAFILAT y Crime Stoppers Caribe, Bermuda y América Latina (CBLA-CS), resalta los retos que el sector financiero al TBML. El Wolfberg Group estima que el 80% de las transacciones comerciales ocurren a través de cuentas abiertas, es decir, mediante un simple flujo de dinero entre cuentas bancarias. Por tanto, resulta muy difícil que una institución financiera obtenga información relevante sobre estas transacciones. El otro 20% sí ocurre a través de documentos financieros –por ejemplo, cartas de crédito– y en estos casos se pueden recabar más datos sobre la transacción comercial. Es necesario tener en cuenta esta distinción.
¿Cómo pueden las entidades financieras detectar casos de TBML?
En términos de generación de reportes de operación sospechosa, existen dos momentos:
1) la etapa de incorporación, cuando se está haciendo la debida diligencia del cliente, el sector en el que estará involucrado, etcétera.
2) el monitoreo de las transacciones con indicadores de lavado de activos.
Es importante destacar nuevamente que estos son indicadores de lavado de activos en general y que no hay indicadores específicos que aborden la categoría TBML. En cuanto al 80% de las transacciones que ocurren a través de cuentas abiertas, se monitorean la mayoría de las que resultan sospechosas. Sin embargo, a raíz de lo expuesto, es factible indicar que un porcentaje importante del lavado de activos a través del comercio no está siendo detectado. Ese 20% de operaciones que utilizan documentos financieros sí resultan sometidas a un análisis más exhaustivo, al cruzarse la documentación aportada con indicadores de riesgo asociados al TBML, lo que permite determinar si esa actividad comercial puede estar vinculada a actividades de Lavado de Activos. Otras limitaciones del sector financiero. Con relación a la sobrefacturación y la subfacturación, se pueden examinar los precios de los componentes involucrados en la transacción comercial y determinar si son realistas. Posiblemente, la armonización de los sistemas de códigos y herramientas como las discutidas en el evento puede ayudar a efectuar mejores diagnósticos sobre la realidad de los precios y la descripción de los productos. Las revisiones son manuales y basadas en papel, lo cual consume mucho tiempo. Adicionalmente, hay que confiar en la información que se recibe y, si solo se ven pantallazos de algunos aspectos de la transacción, no se aprecia el proceso total, por lo que el análisis del banco se basa en los datos disponibles. Finalmente, se señaló que otra necesidad de los bancos en materia de TBML es el acceso a la información de inteligencia. Sin conexión entre los actores e intercambio de información es muy difícil que las entidades financieras puedan, por sí solas, identificar los casos de TBML.
Entre las mercancías que son más usadas por los delincuentes figuran el oro, alimentos, fármacos falsificados, electrodomésticos, textiles, cigarrillos y vehículos. Entre otras problemáticas están en los tiempos de manejo de los casos son demasiado dilatados, las investigaciones penales tardan en arrancar y luego se prolongan, en ocasiones, durante años. También se ha detectado el desafío para el acceso a la información por parte de las autoridades, en la cooperación nacional y en la capacidad de análisis de los datos. Se considera que los casos presentados, al incluir las formas en las que los delitos tuvieron lugar, las alertas, los indicadores de riesgo, el trabajo interinstitucional y el desarrollo de las investigaciones, entre otros elementos, pueden constituir una sólida base para desarrollar un trabajo de tipologías en materia de lavado de activos a través del comercio.
Concluyendo, en este campo, hay que trabajar en la identificación de los riesgos de TBML especialmente en las zonas francas de la región, además de fortalecer las medidas de transparencia, debida diligencia y conocimiento de los clientes en dichos espacios, debe conocerse a los fabricantes y/o proveedores con los que establece relación contractual o de negocios, así como a los compradores locales y extranjeros de los productos. Es importante implementar o mejorar medidas como el otorgamiento de licencias a las sociedades que se dedican a la importación, venta, exportación y reexportación de artículos, y los sistemas de registro de empresas autorizadas. Además, se podrían fortalecer las estrategias para compartir información. Por ejemplo, en algunos países las zonas francas intercambian información con inteligencia financiera, pero no con agencias de aduanas.
Fuente: CARLOS ALFONSO BOSHELL NORMAN
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