La actividad delictiva y la percepción de los hechos reprochables, se ha transformado de formas y métodos burdos y básicos a mecanismos nunca antes pensadas, hasta hace unas pocas décadas, algunos hechos de las personas que constituían la vergüenza de uno, era la vergüenza de toda la familia y quizá hasta la de un pueblo, o una nación; ahora, se ha pasado de aquellos momentos en los cuales las personas guardaban fuertes principios morales y éstos a su vez se constituían en fuertes frenos inhibitorios para la sociedad, a una cultura donde la insensibilidad ha llegado a las más altas formas de manifestación .